miércoles, 15 de abril de 2015

Ensayo El audiovisual

Audiovisuales

Uno de los grandes retos educativos que tiene el docente, es encontrar recursos y materiales que apoyen a mediar los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula. Con la incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) el abanico de posibilidades es amplio, dado que éstas ofrecen novedosos recursos que facilitan la construcción de nuevos conocimientos, sin embargo, la selección que realice el docente de determinados recursos y materiales educativos deberá estar centrada en las características propias de sus alumnos, además de ser significativos y cercanos a los contextos de los mismos, y a su vez responder a los objetivos educacionales planteados dentro del plan de estudios donde se implementan.

No es de extrañar que los maestros se pregunten, ¿qué recurso o material educativo es el más óptimo para implementar en el aula? La respuesta es clara: Definitivamente no existe un mejor o peor recurso o material educativo, su implementación e impacto dependerá tanto de las estrategias didácticas y los contenidos, como de las características biológicas, culturales y sociales del alumno. No obstante, el audiovisual, desde una visión educativa, es un recurso que por sus características ofrece un sin fin de posibilidades en la facilitación de los aprendizajes; además de que en el contexto actual de las TIC es un instrumento de gran valor en tanto que se encuentra insertado en lo que el escritor e historiador Roman Gubern llama la sociedad de las cinco pantallas, es decir, en una época donde la televisión, la internet, los videojuegos, el cine y dispositivos móviles como el celular, utilizan el audiovisual como medio para comunicar códigos culturales y sociales, entonces, ¿por qué no utilizar el audiovisual como un recurso que por sus características, además de potenciar el desarrollo de los procesos cognitivos, también promueve el aprendizaje significativo?

Una de las características del audiovisual es que facilita que el espectador se reconozca así mismo como protagonista en las situaciones que observa y se involucre en ellas; propiciando la problematización de los contenidos y abriendo espacios para la reflexión, fortaleciendo los conocimientos previos y favoreciendo los aprendizajes significativos al ser un recurso que permite introducir, ahondar y ampliar una temática especifica.

Cuando el docente selecciona un audiovisual, generalmente considera que tanto el tema que pretende abordar como el mensaje que quiere transmitir y las imágenes que se presentan sean entendibles en el video, a la vez que busca que sea atractivo y acorde a la edad y contexto del alumno con el cual va a trabajar, con lo que cuida lastimar cualquier susceptibilidad relativa  con los cánones sociales y culturales establecidos (por ejemplo, escenas de contenido sexual);  sin embargo, esa elección también estará mediada por y en “estrecha relación con la sensibilidad, imaginación, creencias e interpretación del medio y de la vida, que puede tener un docente”[1], por lo que a la hora de elegir un audiovisual éste tendrá que partir tanto de las metas educativas planteadas como de los aspectos cognoscitivos de los alumnos y el contexto social, cultural e histórico del mismo.

Con la accesibilidad actual de las TIC, es fácil encontrar una gran variedad de recursos audiovisuales que pueden ser aprovechados en los diversos contextos educativos.

Al diseñar un material audiovisual, además de considerar los factores estéticos, de lenguaje audiovisual y técnicos que lo configuran, no se debe perder de vista el modelo de aprendizaje que se favorece ni las características cognitivas del alumno, que lo convertirán en lo que Cabero define como “una identidad informativa digital desarrollada para la generación de conocimientos, habilidades y actitudes que tienen sentido en función de las necesidades del alumno y que corresponde a una realidad concreta”[1], facilitando tanto la comprensión del contenido como la transferencia de los aprendizajes, entendiendo que este último “se alcanza a través de un conjunto de procesos y habilidades cognitivas que orientan el desarrollo del pensamiento humano”[2].

Para lograrlo, el docente tiene el compromiso de capacitarse en el dominio del lenguaje audiovisual y producción del video, dado que debe garantizarse la armonía entre el texto y la imagen con la aplicación adecuada de los colores a partir de los objetivos, contenidos y procesos cognitivos que se quieren desarrollar en los alumnos por lo que, el diseño tendría que estar sustentado en un modelo de aprendizaje que respalde la forma de adquisición del conocimiento que se quiere favorecer y tener claro el o los procesos cognitivos que pueden potencializarse en los sujetos, que pueden ser memorizar, ordenar, secuenciar, jerarquizar, comprender e identificar los diferentes estímulos y símbolos visuales y sonoros, que les permitirán emitir juicios, desarrollar capacidades críticas, promover la reflexión y establecer conclusiones sobre el contenido tratado en el recurso.

Pero el sólo recurso no es suficiente o actúa por sí solo, como se ha hecho hincapié, la viabilidad del audiovisual como recurso educativo depende del conjunto de estrategias que el docente diseñe para aplicarlo en diferentes momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que tiene que considerar actividades a realizar antes, que permitan a los alumnos contextualizarse sobre el tema a tratar y movilizar su aprendizajes.

Finalmente hay que señalar que el audiovisual, en su creación y utilización, cumple con una función integradora pues permite no sólo considerar los procesos cognitivos del alumno en el diseño de éste, sino que además potencializa y da posibilidades de realizar un nuevo planteamiento de trabajo orientado a la creación de entornos significativos de aprendizaje donde alumno y docente se asumen responsables de sus propios aprendizajes.

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